Querida/o compañera/o:

 

Llega con el 8 de marzo, la oportunidad de hacer visible una de las grandes cuestiones de nuestro tiempo: la igualdad de género. Toda sociedad que en el presente se pretenda reivindicar moderna, socialmente desarrollada y verdaderamente equitativa debe situar como objetivo central de su proyecto colectivo la erradicación definitiva de cualquier atisbo de desigualdad entre hombres y mujeres.

 

Esta batalla, que a todos nos debería ocupar, se despliega en muchos frentes. Naciones Unidas al elegir para este año el lema “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030” centra su mirada en el mercado de trabajo y en la meta de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y otros compromisos existentes en materia de igualdad de género, como son el empoderamiento de las mujeres y sus derechos humanos. Es mucho aún el camino por recorrer en el terreno de lo laboral y especialmente en el campo de lo retributivo para poner fin a uno de los aspectos más hirientes del diferente trato entre géneros.

 

Esta realidad ciudadana comporta de todos nosotros, y específicamente de quienes detentamos responsabilidades en el ámbito de lo público, el vertebrar nuevas herramientas que sirvan para impulsar una igualdad efectiva.

 

La universidad como institución es consciente del importante rol que debe desempeñar en la necesaria transformación hacia una igualdad efectiva.  Por eso, la Universidad de Castilla-La Mancha, convencida de su responsabilidad social, se involucra de manera activa y promueve decididamente todas aquellas encaminadas a lograr la paridad.

 

Siendo estos objetivos importantes en el trayecto que debe llevarnos hacia la igualdad,  desgraciadamente la realidad de nuestro país de los últimos tiempos nos sitúa tristemente ante uno de los aspectos más trágicos derivadas de este problema: la violencia contra las mujeres. Las cifras de mujeres asesinadas víctimas de la violencia machista en lo que llevamos de 2017,  algunas de ellas en nuestra región, son de una crueldad que se sitúa mucho más allá de la frialdad de los números. No hay una meta más apremiante para nosotros que acabar de raíz con esta tragedia continuada. 

 

Es mi deseo que estas líneas puedan contribuir al reconocimiento del trabajo que llevan a cabo todas las mujeres que con su esfuerzo y dedicación contribuyen a hacer crecer la Universidad de Castilla-La Mancha, y que con su labor no solo colaboran en el  desarrollo de esta institución, sino que impulsan el crecimiento de toda la sociedad.

 

Miguel Ángel Collado

Rector de la UCLM